conocido como «falsos positivos»
Un «eufemismo» es una palabra o expresión más suave o menos ofensiva que utilizamos para reemplazar otra palabra o expresión de mal gusto, dura o malsonante.
También puede reemplazar otro término que exprese de manera demasiado directa ciertos sentimientos y que nos pueda hacer sentir incómodos o expuestos.
Suelen referirse a realidades sexuales, fisiolĂłgicas o realidades tristes, que por delicadeza evitan pronunciarse. Estas realidades suelen denominarse tabĂşes.
El eufemismo como figura retĂłrica o figura literaria es un recurso literario que consiste en suavizar el impacto que ciertas palabras o expresiones de mal gusto, crudas, demasiado directas u ofensivas pueden tener sobre alguien o algo.
Se trata de una forma de matizar el lenguaje con distintos fines y propósitos. Algunos eufemismos se utilizan como una forma de respeto, de “suavizar” lo dicho, o bien para evitar que un tercero entienda el mensaje (o sea, ocultándolo con otros términos), o incluso con fines cómicos, lúdicos.
Su uso es muy frecuente en el lenguaje polĂticamente correcto, esto es, como una estrategia de referirse a las personas del modo menos ofensivo y comprometedor posible. Sin embargo, originalmente, los eufemismos eran palabras usadas para referirse a algo sagrado, religioso, que no debĂa ser pronunciado asĂ no más.
La palabra proviene del griego, de las voces eu, “bueno”, y phemi, “hablar”, ya que en la religiĂłn de la Grecia Antigua existĂan deidades cuyo nombre era mejor no mentar, sobre todo aquellas vinculadas al mundo de los muertos: Hades y PersĂ©fone, o la diosa de la venganza, Ramnusia (“NĂ©mesis” para los romanos). AsĂ, se utilizaban eufemismos (“palabras buenas”) para referirse a ellos sin tentar a la mala suerte.
AsĂ, es comĂşn que en la lengua ordinaria se utilicen eufemismos para referirse a situaciones comprometidas, a la muerte, al sexo o a todo aquello a lo que preferimos aludir de manera indirecta, tangencial, a veces incluso metafĂłrica.
2 Un eufemismo no puede ser sustituido por ninguna otra palabra de modo que conserve Ăntegramente los mismos efectos cognitivos, estilĂsticos y sociales. Esto ocurre porque casi no existen en español sinĂłnimos estrictos y absolutos..
3 Una palabra puede funcionar como eufemismo solo si su interpretaciĂłn permanece ambigua a cargo del oyente, quien la interpretará en sentido literal o bien eufemĂsticamente.
4 Los eufemismos solo pueden ser detectados en el contexto en el que son proferidos y su comprensiĂłn depende de varios factores, entre ellos, los conocimientos, los usos sociales y las creencias de los interlocutores implicados en el intercambio lingĂĽĂstico.
[*1] Manuel Seco lo ilustra perfectamente con el ejemplo que se expone a continuaciĂłn:
Para morir se buscó un eufemismo en fallecer, cuyo significado era solo el de «faltar». Cuando fallecer se redujo al sentido único de «morir», dejó de funcionar como eufemismo para ser un sinónimo de «morir»..
- interno → preso o recluso [*2]
- Dormir el sueño eterno → morir
- Residencia para la tercera edad → geriátrico
- invidente → ciego
- miembro viril → pene
- inodoro, servicio, lavabo, aseo, escusado, etc. → retrete
- Empinar el codo beber en exceso
- Tener la regla menstruar
- hombre/mujer de color → persona de raza negra
[*2] En Venezuela han puesto de moda el eufemismo privados de libertad para referirse a los presos.
“Descansar en paz” . es un eufemismo de “morir”.
2Luis es el señor rellenito del fondo.
“Rellenito”. es un eufemismo de gordo o persona con sobrepeso.
3En la actualidad, hay dos intervenciones militares activas.
“Intervención militar” es un eufemismo de “guerra” o un eufemismo de “conflicto armado”.
Disfemismos
Los eufemismos son todo lo contrario a los disfemismos: si el eufemismo es una palabra buena y correcta para aludir a un referente comprometido o tabuado, el disfemismo es una palabra deliberadamente incorrecta, despectiva o insultante que se utiliza en lugar de otra más neutral, para describir cosas, hechos o personas, ya sea con fines humorĂsticos, satĂricos o simplemente para rebajar la formalidad del lenguaje hablado.
2 Para aludir al sexo, se usan disfemismos como: “coger”, “follar”, “garchar”, “apretar”, “hacer el delicioso”, etc. Por ejemplo: “A esos dos los vieron apretando en en un hotel”.
3 Para aludir a ciertos oficios, se usan disfemismos especĂficos, como: “matasanos” (mĂ©dico), “sacamuelas” (odontĂłlogo), “abogángster” (abogado penalista), etc. Por ejemplo: “Te dejo, que tengo una cita con el matasanos”.
Tanto el eufemismo como el disfemismo son una clase especial de metáforas, habitualmente estudiadas desde el análisis del discurso.
Los eufemismos conservan su sentido normal, además del sentido que se les asigna cuando se los emplea en reemplazo de otros tĂ©rminos. Por este motivo pueden resultar equĂvocos en ciertas circunstancias.
BibliografĂa
https://quillbot.com/
https://concepto.de/
https://www.ejemplos.co/